posar ¿eso no basta para un novelista?

Monday, May 16, 2005

niña

una indiscutible tristeza me posee. no entiendo bien cuál de todas mis pequeñas desgracias ha colaborado para enfermarme en tal medida. Fumiko, muy a mi pesar, nunca me ha consolado en lo abosluto, con todo y sus remilgos. me consuelan, en ocasiones, los ventanales que dan al hermoso jardín y el pensamiento que da vueltas sin detenerse sumergido en los colores de los árboles. desde este ventanal tampoco se ve el cielo. debo confesar que mi egoísmo ha sobrepasado mi vida propia. sentado aquí, en la orilla de la cama, con una mujer envejecida y ambiciosa a mi lado, la mujer perfecta para suplir en sociedad a cualquier "artista" que se jacte de maniobrar con clase. todavía recuerdo el pesado cabello oscuro cayendo sobre el brillo de su frente. cuando por primera vez vi a Fumiko supe que sería la inversión ideal para, de su mano, ascender el peldaño hacia esa seguridad literaria. debo admitir que envejeció con elegancia y me ha dado los hijos que podría exhibir cualquier perfecto y culto japonés. no entiendo aún porque hacia ella he dirigido todo mi desprecio.

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