posar ¿eso no basta para un novelista?

Monday, May 16, 2005

su....otoko

Otoko pretendía ser una "intelectual" y nuestra cercanía la impulsaba a creer que podría conseguirlo, su sexo, en ocaciones, me hacía olvidar sus dieciséis años de edad. reconozco que la traté como a un adulto. su vanidad no tenía límites. pretendía experimentar con la primera personalidad masculina que tuvo a su alcance: la mía.
"cuando mientes nuestro punto irreconciliable crece entrelazado con él mismo, dentro de él mismo" había escrito en una de sus tormentosas postales. la frase me hizo escuchar la voz de Otoko naufragando en un sarcasmo mediocre. el dardo lanzado por ella no impidió que yo pensara con deseo en el movimiento de sus labios, el tono en su garganta..
no tuve más remedio que mentir ¿qué más le toca hacer a un ser tan tímido? cada reconstruída sombra de mi vida carga una gran parte de ficción! ¿cómo me descubrió Otoko? sólo ella pudo tocarme hasta ese punto, sólo ella consiguió herirme así. ¿el amor le daba el derecho de ponerme la verdad en la cara, de exhibirme en nuestra intimidad? esa noche Otoko se salvó de la muerte porque el objeto con que apreté su garganta reventó. la pobre creyó que sería fácil construirme desde los escombros. dudé tanto de su inteligencia entonces. cuánta soberbia pataleaba desde el mar negro de sus ojos en cada fracasado intento de reconciliación. pero Otoko era una daga en sus intentos. con su blanca piel enrojecida, temerosa, me pareció tan bella que acepté sus disculpas con la única y firme intención de acariciarla.

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